Etapa 9: Erg Chegaga-Foum Zguid

Etapa anterior: Etapa 8: Circo de Tagounite-Erg Chegaga

Despertamos entre las dunas cuando sale el sol. Recogemos todo.

Tres coches (Benito, Josepo y Roger) se van al hotel directamente por pista. Atravesar el erg con los coches tocados puede complicarse mucho. Los demás nos metemos directamente dirigiéndonos hacia la Gran Duna. El camino está complicado. Las dunas de este erg son muy puntiagudas. Vamos despegando algún eje del suelo en muchas de ellas. Varios coches se atascan y se les rescata rápidamente.





Julio se emociona porque consigue hacer un contacto con un indicativo "zulu delta" que es de las islas de Santa Helena, Ascensión o Tristán de Acuña, en mitad del Atlántico. El contacto es importante porque no todos los días contactan un "charlie november" (Marruecos) con un "zulu delta" (Islas británicas del Atlántico). La hazaña de Julio está revolucionando el mundo de la radioafición, porque Marruecos es un país militarizado y la radio está muy controlada por el ejército. Muy pocos marroquíes consiguen su licencia, así que, que le den una a un extranjero para operar en Marruecos es algo grande.

Al coche de Jon se le rompe un rodamiento trasero y Saltamontes se da cuenta en el momento adecuado para que la avería no vaya a más. En lo alto de una duna, en menos de 40 minutos, se le cambia por uno nuevo y continuamos.

Un poco después, Jon y Xabi se quedan en una posición comprometida. Se les rescata y Jon decide que Yon conduzca su coche hasta que salgamos de las dunas. Es la primera vez en las dunas de Jon, y estas situaciones pueden asustar mucho, como me pasó a mí el año pasado. Sin embargo Yon tiene mucha más experiencia en conducir por arena. Como curiosidad, con este baile de pilotos y copilotos acabamos con un coche con dos Garmendia dentro y otro con dos Jon/Yon.


Salimos del erg y vamos hacia un punto en medio del lago Iriki donde paramos a comer. La temperatura ambiente ronda los 50 grados al sol y 43 a la sombra, así que comemos debajo de los toldos.


Mientras comemos, nos adelantan los camiones del día anterior. Pasamos a saludarles y seguimos nuestra ruta por esa hamada enorme que es el Iriki. Se nos descuelga un poco el tubo de escape. Lo colocamos con ayuda de Yon y Jon y nos juntamos con el resto del grupo.

De repente nos damos cuenta que falta Sergi. Le llamamos por la emisora, pero no le oimos contestar. Yon e Ikutz y Gus y Julio se van a deshacer la ruta para ver si le encuentran llamándole por la emisora. El resto seguimos ruta hacia el hotel.

Cuando llegamos, vemos que Sergi está en el hotel. Ha atravesado una cordillera por donde no había paso y ha llegado al hotel. Nos oía llamarle, pero nadie le oía a él. Julio, con la emisora consigue contactar con un radioaficionado de Cádiz que llama al teléfono marroquí de Sergi y consiguen hablar con él, así que vuelven todos al hotel.

Nosotros descubrimos que hemos agrietado la carcasa del grupo delantero por una pedrada y que hemos pinchado. Jose y Luis se van al pueblo a reparar el pinchazo, pero no hay luz y todo está cerrado. Mañana lo intentaremos de nuevo y repararemos el eje.

Hoy ha sido un día durísimo. Por la emoción, por la adrenalina, por el calor... Estamos todos muertos. La piscina del hotel es nuestra salvación. Aún encontramos fuerzas para estar de charla un rato después de cenar, pero poco.

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